Alfred Horak
estaba convencido de que habían asesinado a su perro, se negaba a creer que
había muerto de forma natural y mientras arrullaba a la pequeña creatura entre
sus brazos se juró a si mismo que encontraría al asesino o dejaría de llamarse
Fred. Su pequeña hermana Eva, tomó al perrito entre sus brazos y lo envolvió
con su propia sabana, al mismo tiempo que Fred cruzaba por la puerta rumbo a
las nocturnas calles de San Jerónimo.
Las calles
estaban desiertas y un viento frío lo envolvió. – debí sacar mi casaca – renegó
consigo mismo, miró el cielo sin luna, nublado ¿Lloverá? Era lo de menos.
El joven de ojos
negros cruzó la calle rumbo al parque donde siempre llevaba a Fito, su perrito.
Todo parecía normal, arboles, pasto, cagada de otros perros, algunas parejas dándose
amor – Deberían buscarse un hotel murmuró – él detestaba ese tipo de gestos en público,
razón por la cual seguía soltero, nadie lograba entender su frio corazón. Fito
era el único que lo hacía y ya no estaba. Se sentó en una banca cercana y sacó
el móvil, aburrido – Menudo intento de detective soy – pensó amargamente.
-
Disculpa,
¿tienes encendedor? – una suave voz lo sacó de sus pensamientos.
-
No
fumo – fue lo único que alcanzó a decir, sin levantar la mirada del móvil – La joven
mujer se sentó y su lado y pudo escuchar una cantarina risa – Yo tampoco fumo,
pero no sabía cómo hablarte.
-
No estoy
interesado – le dijo Fred sin mirarla, si lo hubiera hecho habría visto las
cejas levantadas de la chica y más aún la habría reconocido.
-
Oye
Fred ¿Desde cuándo te volviste tan idiota? – Antes aquella interrogante, el idiota
de Fred alzó la mirada encontrándose con Paty. Fred se sorprendió, pero logró
poner su mejor cara de póker y hacer como si no le hubiera molestado el insulto
– Creí que ya no querías hablarme nunca más – dijo y acto seguido sacó un
encendedor de su bolsillo y empezó a jugar con el encendiéndolo y apagándolo.
-
Bueno
al menos sigues siendo el mismo mentiroso de siempre, en fin. Supe lo de Fito,
tu hermana me lo contó y pasaba por aquí y solo quería saludarte.
-
¡Pues
Hola! – Contestó molestó, Angela y su bocota, porque tenía que decirle precisamente
a ella, decidió ignorarla como siempre hacía y se puso a mirar el parque,
buscando quien sabe quién, haber si con eso lograba distraerse y dejar que el
corazón le latiera más rápido, en un árbol cercano vio un plato con comida y un
bulto a lado medio extraño, se levantó en el acto a revisarlo
-
¿Puedes
parar ya? –
Al acercarse pudo distinguir que el bulto en realidad era un pericote
muerto.
-
¡Lo
sabía! – dijo – Volteó buscando a Paty en el banco, pero ella ya no estaba - ¿A
quién buscas? Le susurró ella al oído haciéndolo saltar del susto, se volteó de
inmediato, Paty estaba a su lado y le sonrió alegremente. – No vuelvas a hacer
eso y no te acerques demasiado – Decidió ignorarla de nuevo y sacó el móvil y
empezó a tomar fotos de la escena del crimen. Mientras lo hacía, el recuerdo de
un tipo con gorra negra, dejando comida en el parque se le cruzó por la mente,
él debía ser el asesino de Fito y quien sabe otros perros más.
-
Angela
me contó que andas jugando al detective, supongo que no te dijo que el tipo que
hizo eso ya se mudó, estás perdiendo el tiempo, porque no vas mejor con tu
familia, no sé porque te gusta estar solo.
-
Por
que mejor no te vas como siempre haces y me dejas tranquilo- le espetó, sintiéndose
un idiota de verdad, su hermana mayor ya sabía todo y no le dijo nada. Nadie le
decía nada.
-
Fred yo
solo digo que, no puedes seguir asi, alejando a las personas. De verdad me
preocupo por ti, entiendo que estés lastimado por la muerte de Fito, pero te
puedo asegurar que él está muy bien.
-
Patricia,
tú no sabes nada. Vete por favor. Ya no somos amigos.
-
Sabes
que aun te quiero..
-
Pues
yo no – Le dijo, acallando las ganas de decirle lo contrario, pero su orgullo
era más fuerte.
-
No
tengo mucho tiempo, yo solo quería ver que estás bien. Eres un chico fuerte. –
Paty le sonrió pero la sonrisa no llegó a sus ojos. Fred sacó unos audífonos y
puso música ignorando a la joven que tenía a lado. Sabía que se comportaba como
un tonto, pero, sabía que a larga era lo mejor. Cerró los ojos y se concentró
en la música que escuchaba, estaba tan ensimismado que saltó de golpe cuando
unos brazos lo rodearon abrazándolo fuertemente. No pudo fingir más y le dijo:
Yo también te quiero.
-
Yo también
hermanito – le contestó su hermana Angela.
Fred abrió los
ojos como plato y desasió el abrazo con su hermana, buscando en la oscuridad
del parque a la morena de ojos negros y cabello rizado. Se había ido.
-
Eres una
chismosa, y ¿a dónde se fue la otra? Preguntó intentando de no sonar muy
ansioso. - ¿A qué te refieres? ¿Estabas conversando con alguien? ¿y por qué mi
insultas? Oye tarado.
-
Ya olvídalo,
vamos a la casa -respondió, intentando no parecer triste y con su mascara de
indiferencia, se encaminó de vuelta a casa junto a su hermana.
-
Oye…
Fred, te enteraste lo de Paty, se que no hablan desde hace dos años, pero…
-
JA – ya
ahora si vas a hablar, ya sabía que no podías quedarte callada – sonrió interiormente
– anda habla ya, que le dijiste –
-
¿Hablar
con ella? Fred… no estás entendiendo… Pat tuvo un accidente hace 6 meses,
estuvo inconsciente. La desconectaron hace unos días, yo fui al velorio, te
acuerdas de que te escribí anteayer diciéndote que…
-
¿Qué?
– Fred se quedó parado sin entender nada de lo que su hermana le estaba
diciendo.
NNotas de autor: Segundo reto literario, se supone que era escribir algo de misterio, pero salió algo raro, para varíar. en fin, me divertí escribiendolo.