domingo, 25 de junio de 2023

Segundo reto literario: Misterio

 


Alfred Horak estaba convencido de que habían asesinado a su perro, se negaba a creer que había muerto de forma natural y mientras arrullaba a la pequeña creatura entre sus brazos se juró a si mismo que encontraría al asesino o dejaría de llamarse Fred. Su pequeña hermana Eva, tomó al perrito entre sus brazos y lo envolvió con su propia sabana, al mismo tiempo que Fred cruzaba por la puerta rumbo a las nocturnas calles de San Jerónimo.

Las calles estaban desiertas y un viento frío lo envolvió. – debí sacar mi casaca – renegó consigo mismo, miró el cielo sin luna, nublado ¿Lloverá? Era lo de menos.

El joven de ojos negros cruzó la calle rumbo al parque donde siempre llevaba a Fito, su perrito. Todo parecía normal, arboles, pasto, cagada de otros perros, algunas parejas dándose amor – Deberían buscarse un hotel murmuró – él detestaba ese tipo de gestos en público, razón por la cual seguía soltero, nadie lograba entender su frio corazón. Fito era el único que lo hacía y ya no estaba. Se sentó en una banca cercana y sacó el móvil, aburrido – Menudo intento de detective soy – pensó amargamente.

-          Disculpa, ¿tienes encendedor? – una suave voz lo sacó de sus pensamientos.

-          No fumo – fue lo único que alcanzó a decir, sin levantar la mirada del móvil – La joven mujer se sentó y su lado y pudo escuchar una cantarina risa – Yo tampoco fumo, pero no sabía cómo hablarte.

-          No estoy interesado – le dijo Fred sin mirarla, si lo hubiera hecho habría visto las cejas levantadas de la chica y más aún la habría reconocido.

-          Oye Fred ¿Desde cuándo te volviste tan idiota? – Antes aquella interrogante, el idiota de Fred alzó la mirada encontrándose con Paty. Fred se sorprendió, pero logró poner su mejor cara de póker y hacer como si no le hubiera molestado el insulto – Creí que ya no querías hablarme nunca más – dijo y acto seguido sacó un encendedor de su bolsillo y empezó a jugar con el encendiéndolo y apagándolo.

-          Bueno al menos sigues siendo el mismo mentiroso de siempre, en fin. Supe lo de Fito, tu hermana me lo contó y pasaba por aquí y solo quería saludarte.

-          ¡Pues Hola! – Contestó molestó, Angela y su bocota, porque tenía que decirle precisamente a ella, decidió ignorarla como siempre hacía y se puso a mirar el parque, buscando quien sabe quién, haber si con eso lograba distraerse y dejar que el corazón le latiera más rápido, en un árbol cercano vio un plato con comida y un bulto a lado medio extraño, se levantó en el acto a revisarlo

-          ¿Puedes parar ya? –

Al acercarse pudo distinguir que el bulto en realidad era un pericote muerto.

-          ¡Lo sabía! – dijo – Volteó buscando a Paty en el banco, pero ella ya no estaba - ¿A quién buscas? Le susurró ella al oído haciéndolo saltar del susto, se volteó de inmediato, Paty estaba a su lado y le sonrió alegremente. – No vuelvas a hacer eso y no te acerques demasiado – Decidió ignorarla de nuevo y sacó el móvil y empezó a tomar fotos de la escena del crimen. Mientras lo hacía, el recuerdo de un tipo con gorra negra, dejando comida en el parque se le cruzó por la mente, él debía ser el asesino de Fito y quien sabe otros perros más.

-          Angela me contó que andas jugando al detective, supongo que no te dijo que el tipo que hizo eso ya se mudó, estás perdiendo el tiempo, porque no vas mejor con tu familia, no sé porque te gusta estar solo.

-          Por que mejor no te vas como siempre haces y me dejas tranquilo- le espetó, sintiéndose un idiota de verdad, su hermana mayor ya sabía todo y no le dijo nada. Nadie le decía nada.

-          Fred yo solo digo que, no puedes seguir asi, alejando a las personas. De verdad me preocupo por ti, entiendo que estés lastimado por la muerte de Fito, pero te puedo asegurar que él está muy bien.

-          Patricia, tú no sabes nada. Vete por favor. Ya no somos amigos.

-          Sabes que aun te quiero..

-          Pues yo no – Le dijo, acallando las ganas de decirle lo contrario, pero su orgullo era más fuerte.

-          No tengo mucho tiempo, yo solo quería ver que estás bien. Eres un chico fuerte. – Paty le sonrió pero la sonrisa no llegó a sus ojos. Fred sacó unos audífonos y puso música ignorando a la joven que tenía a lado. Sabía que se comportaba como un tonto, pero, sabía que a larga era lo mejor. Cerró los ojos y se concentró en la música que escuchaba, estaba tan ensimismado que saltó de golpe cuando unos brazos lo rodearon abrazándolo fuertemente. No pudo fingir más y le dijo: Yo también te quiero.

-          Yo también hermanito – le contestó su hermana Angela.

Fred abrió los ojos como plato y desasió el abrazo con su hermana, buscando en la oscuridad del parque a la morena de ojos negros y cabello rizado. Se había ido.

-          Eres una chismosa, y ¿a dónde se fue la otra? Preguntó intentando de no sonar muy ansioso. - ¿A qué te refieres? ¿Estabas conversando con alguien? ¿y por qué mi insultas? Oye tarado.

-          Ya olvídalo, vamos a la casa -respondió, intentando no parecer triste y con su mascara de indiferencia, se encaminó de vuelta a casa junto a su hermana.

-          Oye… Fred, te enteraste lo de Paty, se que no hablan desde hace dos años, pero…

-          JA – ya ahora si vas a hablar, ya sabía que no podías quedarte callada – sonrió interiormente – anda habla ya, que le dijiste –

-          ¿Hablar con ella? Fred… no estás entendiendo… Pat tuvo un accidente hace 6 meses, estuvo inconsciente. La desconectaron hace unos días, yo fui al velorio, te acuerdas de que te escribí anteayer diciéndote que…

-          ¿Qué? – Fred se quedó parado sin entender nada de lo que su hermana le estaba diciendo.


NNotas de autor: Segundo reto literario, se supone que era escribir algo de misterio, pero salió algo raro, para varíar. en fin, me divertí escribiendolo.


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