sábado, 1 de junio de 2024

 

Respiré lento, luego espiré – ok esto no funcionaba para mí.

Habían pasado 2 meses ocultándoles a mis hermanas, la travesura que había hecho.

Entré al chat y ahí estaban ellas hablando como siempre de lo mismo.

-          Val decía que nunca más volvería a creer en el amor, se me hacía tierna, se parecía a la Pam de hace unos meses.

-          Liz por su parte solo quería distraerse, como siempre.

Chicas- tengo algo que decirles, me reí mientras escribía que le había comprado una torta por su cumpleaños.

-          Tu quieres ver el mundo arder

-          Yo también quiero vivir ese sueño

-          Debe sentirse bonito que te regalen algo

-          Pame, si su novia se entera te mata

-          Seguro intentará contactarse con Pam y le dirá lo de siempre y como “arruinaste su vida”

-          Esta loca”

Mientras leía sus comentarios, me arrepentí de habérselos contado. Mientras nadie lo sabía, todo estaba bien.

Por supuesto se que sabia que estaba mal, mandarle una torta de cumpleaños al hombre que hizo latir mi corazón después de 12 años. Que a pesar de que rechazo de asustado corazón, jugó con mi cuerpo un rato y se aburrió, ahora tenía pareja.

había pasado año y medio que no sabia nada de él, pero aquella promesa que le había hecho seguía en mí.

Y lo más importante.

Quería hacerlo.

Asi estuviera mal

Asi me fuera al infierno.

Quería darle esa torta blanca como símbolo de una bandera blanca, símbolo de paz, de que ya no interferiré en su vida, que lo dejaré ser feliz.

El año pasado le había prometido darle una torta, tal vez ni lo recuerda.

Quería cumplir esa promesa.

Y también esta.

Mi adios.